Con la gran victoria obtenida como visitante en la primera final, Banfield trabajó toda la semana pensando en doblegar nuevamente a un rival tan complicado y candidato como la UAI.

Y vaya si lo hizo. Concentrados y decididos a golpear en los momentos justos sin dejar recuperar al rival, los chicos de Claudio Giselli no cedieron ningún set y dominaron el partido con la figura de Nicolás Matz como hombre destacado, muy bien acompañado por Nicolás Di Guglielmo.

La formación inicial de Banfield fue la que sale casi de memoria para quienes acuden a presenciar los partidos durante la temporada. El armador Ian Asereny, el opuesto Nicolás Di Guglielmo, los centrales Pablo Fita y Nicolás Matz, y los puntas Manuel Ceriale y Martín Garnica, sumados al líbero Rodrigo Coronel, tenían la importante misión de comenzar un partido trascendental para sus carreras.

En el primer set dominó el nerviosismo en ambos equipos, pero fue Banfield el más seguro y el que pudo sacar una ventaja decisiva de 19-16 que logró mantener gracias a la efectividad de Matz, quien en el parcial inicial sumó 7 puntos.

En el segundo, la efectividad del central seguía marcando el ritmo de los ataques de Banfield, que pasó al frente por 8-6 con cuatro de Matz. Pero allí se recuperaría la UAI al marcar cinco puntos consecutivos, aunque Banfield no dejaría agrandar al rival. Desde ese momento donde Giselli pidió tiempo fue casi todo de Banfield, con la importante aparición de Nicolás Di Guglielmo, que en el set totalizó 9 puntos y fue clave en el cierre del parcial.

El tercero sería el más parejo del partido y la igualdad se mantendría hasta el 18-18, donde Banfield sacó a relucir el juego que lo llevó a la final de los playoffs y con mucha garra y contundencia cerró el partido y la serie por 25-21.

La solidez y seguridad con la que el plantel se presentó a un partido tan importante es para admirar. La experiencia y la dedicación de Claudio Giselli desde el banco, el esfuerzo de cada uno de los jugadores y el trabajo de todo el cuerpo técnico permitieron que el sueño se haga realidad.

El ascenso dejó de ser futuro, ya es presente y se disfruta. Ahora, Banfield tiene a sus dos equipos de mayores en División de Honor, todo un resultado de un gran trabajo en los deportes amateurs del club.