Con apenas 15 años, la gimnasta de Banfield Bárbara Carta se consagró campeona nacional mayores C1 en Paraná, Entre Ríos, donde enfrentó a rivales de edades que hasta duplicaban la suya.Una vez finalizada la competencia y aún con la medalla de oro en su cuello, la gimnasta de Banfield admitió que "estaba muy ansiosa", al mismo tiempo que sostuvo: "Realmente no me lo esperaba, pero se lo quiero dedicar a mis papás que me acompañan a cada competencia y a los profesores, que soportan todos los torneos mis nervios previos y eso es muy importante para mi".
Esta vez, esos nervios que tanto la preocupan parecieron no repercutir y consiguió el mejor lugar en un importante torneo donde sus expectativas, según cuenta, eran terminar entre las diez primeras: "El año pasado finalicé undécima y quería superarme. Además, uno nunca sabe con que rivales se va a encontrar".
Así, con un total de 64.900 producto de 16.86 en suelo, 17.10 en asimétricas, 16.17 en vigas y 14.77 en salto se impuso representando a la Federación Metropolitana, seguida por Alina Heitling de Río Negro y Abigail Pintos de Córdoba, quienes completaron el podio.
La joven deportista practica la actividad desde los cuatro años y empezó en el deporte por casualidad: "Mi hermano hacía gimnasia deportiva en el colegio y fui a acompañarlo. Hice algunas cosas y a los profesores les gustó, así que nunca más dejé y disfruto mucho".
Así, a los 10 años llegó a Banfield, donde perfeccionó todos sus movimientos técnicos y se fue formando como una verdadera gimnasta bajo el intenso seguimiento de sus entrenadores.
Pese a que aún no tuvo vacaciones, Bárbara no descansa la mente y ya pronostica su 2010, donde ascenderá a la categoría B2: "Será más difícil todavía, tendré que trabajar mucho en viga y salto, que es lo que menos me gusta".
Ella, pese a su corta edad, tiene bien en claro lo que necesita para seguir por este camino: Perseverancia y una alta dosis de esfuerzo. "Entreno con muchas ganas todos los días, entre tres y cuatro horas", cierra la joven gimnasta con una sonrisa de oreja a oreja.
